El iodo en la nutrición de bovinos

El iodo está presente en el suelo, aire y agua. El océano es la fuente primaria de iodo.

Los niveles de iodo en los forrajes son variables, dependiendo del suelo y de la especie vegetal. La lejanía con el mar, que transfiere iodo y lo deposita con las lluvias, reduce las concentraciones en suelos alejados del mismo. Los granos suelen ser fuentes escasas de iodo.

El iodo es un elemento esencial para especies animales, incluido los humanos, principalmente debido a que es un componente integral de las hormonas tiroideas (T3 y T4). Estas hormonas regulan la actividad celular y el crecimiento en casi todos los tejidos (óseo, nervioso y muscular), y son esenciales en el metabolismo intermedio. Reproducción, crecimiento y desarrollo, circulación, funcionamiento neuromuscular y termorregulación.

La deficiencia de iodo está acompañada por hiperplasia de tiroides. Los signos de la deficiencia dependerán de la gravedad de la misma. Los terneros pueden nacer sin pelo, débiles o muertos. La muerte fetal puede ocurrir en cualquier momento de la gestación, aunque las vacas por lo general parecen normales. Las fallas reproductivas fueron reportadas tanto en machos como en hembras.

El efecto clínico más evidente es el bocio en terneros como en adultos. Otros efectos son debilidad, muertes perinatales y fallas reproductivas. Si la carencia es muy severa pueden producirse pérdidas por muertes embrionarias o fallas en la fertilidad.

Los bovinos de carne requieren 0,5 ppm de iodo en el alimento (MS) (NRC, 2000). En bovinos de leche los requerimientos van de 0,33 ppm de iodo en el alimento (MS) en mantenimiento, hasta 0,45 ppm de iodo en el alimento (MS) en lactancia.
El nivel máximo tolerable de iodo es 50 ppm en la dieta (MS) (NRC, 1980, 2005).

En áreas de carencia endémicas se recomienda analizar la relación T4/T3 en sangre, más que la evaluación de alguna de ellas por separado.

El iodo en sus formas inorgánicas es usualmente suplementado en dietas y suplementaciones auto consumo. El aporte de iodo por boca de manera constante en zonas carentes asegura una disponibilidad constante del mismo en los animales.

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